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lunes, 11 de julio de 2011

Blindemos nuestro patrimonio (III): El interior de la vivienda.

               En este punto nos centraremos en la seguridad del interior de la vivienda. Para ello empezaremos por diferenciar dos conceptos: la seguridad y la conservación; con el primero pretenderos, como en los dos anteriores artículos proteger nuestro patrimonio de hurtos o robos, y con el segundo garantizar su estado de conservación.

             Una vez salvadas todas las barreras para acceder a nuestra vivienda, la última defensa que nos queda hasta nuestro patrimonio, no es otra que disponer de un buen sistema de seguridad. ¡Pero ojo! no todos los sistemas de seguridad son validos para proteger nuestro patrimonio. Hay que tener en cuenta que la luz infrarroja de algunos sistemas de detección de movimiento con detectores activos o determinados circuitos cerrados de televisión (C.C.T.V.) pueden provocar graves daños a medio o largo plazo a determinados objetos de valor. Por ello, es aconsejable dejar en manos de expertos la elección del sistema de seguridad que mejor se adecue a cada circunstancia: detectores de movimiento, de contacto, térmicos… Para los amantes de la discreción existe un sinfín de adaptadores para “disimular” nuestros sistemas de alarma como se ve en algunos de los ejemplos que hay más abajo. Pero no hay que olvidar que existe una legislación muy extensa sobre seguridad privada que regula esta materia y que hay que tener muy en cuenta si queremos evitarnos algún disgusto (Este será otro tema que trataré más adelante).


Reloj que oculta
una camara de seguridad
Enchufe con camara
de seguridad incorporada
              






            En cuanto a la conservación tendremos que tener en cuenta parámetros como temperatura, humedad, vibraciones o luminosidad, pero estos son concepto que por su extensión serán tratados en el siguiente artículo.

            Pero un intermedio entre la seguridad y la conservación pasa por la  protección de determinadas obras de arte con cristales. Es una de las intervenciones en temas de seguridad más sencillas a la par que económica que además facilita su conservación. Este sistema se puede completar instalando mejoras tales como la colocación de filtros para la luz, detectores de contacto… además de servir como barrera para controlar los parámetros de conservación enunciados más arriba.

            Recordar que todos los objetos deberán estar previamente inventariados siguiendo los parámetros de la norma Objet ID. Y que hay que tener el mismo miedo al robo como al fuego: es aconsejable colocar detectores de humos, pero esto será tratado en el apartado dedicado a la prevención de incendios.

            No está de más, que para el supuesto, Dios no lo quiera, de que todos los sistemas de alarma/protección fallarán, se cuente con una póliza de seguro que cubra el valor de la obra.


Blindemos nuestro patrimonio:
1.- El jardín.
2.- Puertas y ventanas.
3.- El interior de la vivienda.
4.- La Conservación de los bienes.
5.- Prevención de incendios.

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