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viernes, 15 de julio de 2011

Blindemos nuestro patrimonio (IV): La conservación de los bienes

Daños causados en un lienzo por la incorrecta
ubicación de los sistemas calefactables.
            Para empezar partiremos de la premisa actual que indica que en la conservación de bienes culturales no se pueden estandarizar protocolos. Hasta no hace mucho tiempo los expertos en conservación de bienes indicaban pautas y parámetros a seguir, pero se vio que había una gran cantidad de excepciones. Pero además, en estos estudios no incluían otros parámetros como los costes tanto de primera inversión como de mantenimiento.

            Partiendo de la premisa anterior se puede apuntar que existen una serie de parámetros que nos pueden ayudar a conservar nuestros bienes.
            En primera instancia es necesario que se sepa que en un ambiente donde existe una humedad inferior al 60% el moho no sobrevive, por ello se aconseja que exista una humedad en torno al 50% +- 5%, pero lo más importante de todo es mantener una estabilidad pues, por ejemplo, cambios bruscos de humedad pueden provocar la aparición de grietas en las capas pictóricas y el aumento de la humedad permite que las obras en papel puedan llegar a pegarse, pasando por aparición manchas, etc.
Con relación a la temperatura esta debería de rondar entre 20º C y 22º C +- 1º C, bajando a los 16º C-18º C +-1º C en el caso de obras en papel.
Es recomendable que exista una corriente de aire, y que la zona se encuentre limpia y sin polvo. Para mantener los parámetros anteriores se pueden instalar un sistema de aire climatizado y humificadores o desumificadores dependiendo del caso. Pero nunca colocar estos sistemas o sistemas calefactables bajo los objetos.
            En el caso concreto de las obras pictóricas, y extensible al resto, hay que tener en cuenta las vibraciones para impedir que se fragmenten, por ello, si el caso lo requiere, se puede instalar un dispositivo que las absorba en el supuesto de tener que soportar obras u otras vibraciones rutinarias o con una cierta periodicidad.
     
            Pero no hay que olvidar que la incidencia de luz sobre nuestros vienes es muy perjudicial, llegando hasta el extremo de producir daños irreversibles. Por ello, es aconsejable que se pongan en manos de expertos a la hora de colocar el sistema de iluminación y en el supuesto de ya estar instalado, colocar filtros apropiados a cada caso. Es muy importante que la luz solar no incida directamente sobre “nuestro tesoro” sin olvidar que también hay que instalar filtros en los ventanas para protegerlo de la luz natural.
Ejemplos de vitrinas acristaladas que cumplen con los parametros expuestos.
            La colocación de cristales como barrera, ya comentado en un artículo anterior, además de facilitar la colocación de filtros para la luz y de colaborar en mantener los parámetros deseados, manteniendo una corriente de aire, también sirve para proteger del polvo y de otras amenazas como el CO2 de la respiración al aproximarnos a contemplar la obra, rozones involuntario, caída de objetos, etc. También protegería de un posible agente extintor de incendios inadecuado, pero ese será el siguiente tema a tratar.

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